El Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, no es solo es una fecha para reflexionar sobre los desafíos que enfrentan las personas con autismo y sus familias, sino también para compartir mi propia experiencia y la de aquellos que conozco en este camino.
Me gustaría destacar cómo la detección temprana y el diagnóstico oportuno son clave. He visto de primera mano cómo un diagnóstico precoz puede marcar la diferencia en la vida con autismo y también, en su familia. Sin embargo, también he sido testigo de los obstáculos y retrasos que muchas familias enfrentan en este proceso, y cómo eso puede impactar en el acceso a los servicios y apoyos necesarios.
Es difícil no sentir frustración al ver la disparidad en los protocolos de seguimiento del desarrollo infantil en las diferentes comunidades autónomas. Merecen igualdad de oportunidades para recibir el apoyo adecuado desde el principio, y es fundamental que trabajemos de manera colectiva para lograrlo.
En cuanto al ámbito educativo, he visto de cerca las luchas y desafíos que enfrenta el alumnado con autismo. Es desgarrador ver cómo algunos de ellos se enfrentan a tasas más altas de abandono escolar y fracaso académico. Creo firmemente en la necesidad de implementar estrategias educativas y más recursos centrados en las necesidades individuales de cada estudiante con autismo. No puedo evitar hablar también de acoso escolar y ciber acoso; son especialmente vulnerables. Tristemente las noticias sobre estas situaciones se nos clavan cada día. Las cifras son alarmantes.
La vida adulta no es más sencilla para una persona con autismo, las barreras que enfrentan son muy reales. La tasa de desempleo es pavorosamente alta y muchas personas en el espectro carecen de los sistemas de apoyo para vivir de manera independiente. La mayoría de ellos están diseñados sin tener en cuenta las necesidades específicas que tienen estas personas.
Por ello, desarrollar programas que aterricen y aseguren el derecho al empleo de las personas con autismo es una de las prioridades políticas y sociales que marco en la agenda de la inclusión y la igualdad de oportunidades para las personas con autismo. Así como el derecho a una vida autónoma y a un envejecimiento de calidad con los apoyos específicos y necesarios.
Cada Día Mundial del Autismo es una referencia para renovar el compromiso con los derechos de las personas con autismo a una vida de calidad y digna. Un compromiso que es colectivo y que, sin duda, es revulsivo para avanzar hacia una sociedad mejor.