El Gobierno, junto a sindicatos y patronal, ha acordado un nuevo marco regulador para hacer compatible la posibilidad de trabajar y cobrar una pensión. Aquellas personas que lo deseen, podrán alargar su paso a la jubilación y compaginar con un empleo. Esta nueva reforma, a palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, permite mejorar «la compatibilidad de la pensión con el trabajo» y garantizar «el tránsito hacia una jubilación flexible y adaptada a cada una de las personas».
En este sentido, la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA) ha celebrado el acuerdo del Gobierno y ha anunciado que puede ser un incentivo para que muchas personas continúen trabajando. José Luis Fernández Santillana, presidente de CEOMA, ha recordado que un 60% de las personas pensionistas se encuentran por debajo del salario mínimo profesional.
Puntos clave del acuerdo según el tipo de jubilación
Uno de los objetivos es el de incrementar las carreras profesionales para acercar la edad real a la edad legal de jubilación. En este punto, se mejorarán los incentivos para retrasar la edad de jubilación haciéndola compatible con la jubilación activa y permitir seguir trabajando después de la edad de retiro. La jubilación demorada tendrá entonces un incentivo semestral del 2% en las pensiones.
En caso de la jubilación activa, una vez pasado el primer año de demora solo se cobrará el 45% de la pensión. Posteriormente, los porcentajes irán incrementándose conforme pasen los años quedando la escala de esta forma: el segundo año se cobrará un 55%, el tercero un 65%, a los cuatro años un 80% y la pensión completa se podrá obtener pasado el quinto año. Hasta el momento, la persona solo podía percibir el 50% con independencia de los años en activo.
Otra de las opciones es que, las personas que así lo deseen, podrán optar a una jubilación parcial con un contrato relevo hasta tres años antes de la edad legal. De esta manera compatibilizarán su contrato de trabajo a tiempo parcial con el ingreso de una parte de la pensión. Durante el primer año, su reducción de jornada estará entre el 20% y el 33%, y para los dos siguientes años se mantiene como hasta ahora entre el 25% y el 75%. Además, las personas empleadas podrán pactar con la empresa un incremento progresivo de las cotizaciones.
Modificaciones para condiciones de trabajo específicas
Para el caso de los trabajos que conllevan un mayor índice de peligrosidad o insalubridad, se implementará un nuevo procedimiento para reconocer coeficientes reductores de la edad de jubilación. En este sentido, se analizará la trayectoria laboral, las contingencias profesionales, la morbilidad y, en casos más extremos, la mortalidad.
Las personas autónomas podrán acceder de igual manera que otras profesionales a la jubilación activa, a menos que cuenten con dos o más personas empleadas con contrato indefinido con una antigüedad mínima de 18 meses. En este caso, el porcentaje inicial será del 75% y se incrementará en cinco puntos cada 12 meses.
El Gobierno también ha aclarado la situación de las personas trabajadoras con contratos fijos discontinuos. Contempla nuevas mejoras en las condiciones de acceso a las pensiones y se les multiplicará, por cada día trabajado, 1,5 puntos a efectos de cotización.
Dar cuenta de la realidad sin mirar hacia otro lado
El presidente de CEOMA ha insistido en que, si el objetivo final es alargar la edad de jubilación «no puede ser que la tasa de paro entre los mayores de 50 años sea tan elevada«. Ante esta situación, ha reclamado a empresas e instituciones que dejen de mirar hacia otro lado y tomen decisiones que ayuden a este colectivo. Denuncia: «A menudo este colectivo se queda sin oportunidades laborales, a pesar de que la veteranía aporta una experiencia y unas cualidades que redundan en beneficio de las compañías y que contribuyen a su desarrollo económico».