En un mundo interdependiente, el problema de la deuda alcanza dimensiones alarmantes: más de la mitad de los países menos desarrollados enfrentan un sobreendeudamiento que asciende a 9 billones de dólares, mientras que 3.300 millones de personas viven en lugares donde se destinan más recursos al pago de intereses que a garantizar derechos básicos como la salud o la educación. Esta realidad, junto con la creciente deuda ecológica, ha sido el eje central de la jornada «¿Deuda o Desarrollo?», celebrada en el campus de Sevilla de la Universidad Loyola.
El evento, organizado por el Departamento de Ecología Integral de la Conferencia Episcopal Española, la Archidiócesis de Sevilla y la Universidad Loyola en el marco del Año Jubilar 2025, ha reunido a más de 250 personas en formato presencial y online, con seguimiento nacional e internacional. A través de diversas mesas redondas con ponentes de prestigio, se ha reflexionado sobre la urgencia de una justicia económica global inspirada en la Doctrina Social de la Iglesia.
En la Declaración Final de la jornada se ha subrayado la necesidad de replantear los mecanismos de la deuda para que no se conviertan en un instrumento de opresión. Se ha destacado: «El Año Jubilar 2025 nos llama a un cambio estructural que devuelva a la economía su función social originaria, para que todos puedan acceder a una vida digna».
Medidas planteadas
Entre las medidas propuestas en el manifiesto final se encuentran la cancelación o reestructuración de la deuda de los países más vulnerables, los canjes de deuda por inversiones en sectores esenciales, una mayor regulación y transparencia en el endeudamiento internacional y la creación de sistemas justos de financiación climática. Asimismo, se ha hecho un llamado a construir una economía centrada en la persona humana, basada en la justicia, la solidaridad y el bien común.