Las agresiones sexuales detectadas en niñas y adolescentes han aumentado un 55,1% en los últimos cinco años, según un estudio de la Fundación de Ayuda a Niños/as y Adolescentes en Riesgo (ANAR) titulado ‘Agresión Sexual en Niñas y Adolescentes según su testimonio. Evolución en España (2019-2023). Además, ha habido un aumento de un 353% en los últimos quince años. En cuanto al perfil de las víctimas, es principalmente femenino, representando el 78,7% las niñas y las mujeres, lo que revela la especial vulnerabilidad de este grupo frente a las agresiones sexuales.
El estudio, basado en testimonios recogidos por las Líneas de Ayuda ANAR, refleja los datos analizados entre 2019 y 2023. Durante este periodo de tiempo, la Fundación ANAR atendió un total de 4.522 casos de niños, niñas y adolescentes, respondiendo a 81.252 consultas y peticiones de ayuda, siendo la edad media de las víctimas de 12,5 años, lo que supone un aumento respecto a estudios anteriores. Además, los casos de niños varones se concentran principalmente en el rango de edad de 0 a 9 años.
Más de nueve de cada diez agresores son hombres
El estudio también revela que el 94,3% de los agresores son hombres, la mayoría de ellos mayores de edad. Además, casi 8 de cada 10 agresores son personas conocidas por la víctima, y la mitad de ellos son miembros de la familia de la víctima. Un dato que aumenta hasta el 85,9% en el caso de las víctimas más pequeñas (0-9 años). Siendo el padre biológico o la pareja de la madre en el 27,9% de los casos.
En este sentido, el estudio también pone de manifiesto la falta de tratamiento psicológico para las víctimas, con un 70,3% de los casos sin recibir tratamiento posterior a la agresión. Además, tres de cada diez víctimas de agresiones sexuales no denuncian ni tienen intención de hacerlo. Por ello, Diana Díaz, directora de las Líneas de Ayuda ANAR, enfatiza la importancia de reconocer los indicadores que pueden alertar sobre este tipo de violencia y destaca «las graves consecuencias psicológicas a las que se enfrentan las víctimas».
Por su parte, Benjamín Ballesteros, director técnico de la Fundación ANAR, destaca que las agresiones sexuales tienen como consecuencia «el miedo y la vergüenza» que sufren la víctimas. Por tanto, hace hincapié en la necesidad de «evitar la estigmatización de las víctimas y fomentar el sentido de justicia para alentar la denuncia».
Casi la mitad de las agresiones involucran la presencia de tecnologías
El uso creciente de las nuevas tecnologías ha exacerbado la problemática de las agresiones sexuales, con un 43,9% de los casos involucrando su presencia, con fenómenos como el grooming o el sexting no consentido, lo que supone un aumento del 21,6% desde 2008. Sin embargo, el principal modo de agresión se produce de forma presencial, un 91,5%. Las agresiones grupales (o en manada) representan ya el 10,9%.
Por último, en cuanto al consumo de drogas, el 13,4% de las víctimas estaban bajo el efecto de sustancias estupefacientes y 1 de cada 100 se encontraban bajo sumisión química.