¿Un Papa bueno o un buen Papa?

Papa Francisco

El pasado 21 de abril, a primera hora de la mañana, desde el Vaticano se anunciaba el fallecimiento del Papa Francisco, a los 88 años. Las horas que siguieron al anuncio estuvieron plagadas de testimonios emotivos, hemeroteca y recordatorios de su lado más humano. 

Desde su llegada —tras Benedicto XVI, que representaban el ala más conservadora de la curia— Francisco supuso un giro, por parte de la Iglesia Católica, hacia una institución más centrada en las personas y en la justicia social. El Papa Francisco trajo el cambio, y aunque ese cambio sólo fuese discursivo, plantaba las bases para una transformación más profunda dentro de la institución que ha guiado el credo occidental durante siglos.

Los hechos suelen importar más que las palabras, pero los verbos, sustantivos, adjetivos, e incluso los pronombres con los que nombramos la realidad configuran el modo en que vemos el mundo. Sirva como ejemplo que el simple error de interpretación de un Papa, hace 1.500 años, llevó a que la cristiandad considerara durante siglos a María Magdalena, apóstol de los apóstoles, una prostituta “arrepentida” que casualmente se cruzó en el camino de Jesús. 

Tristemente, tras el duelo, llega el momento de afrontar la realidad: un mapa marcado por el auge de la extrema derecha, constantes conflictos internaciones y una guerra comercial que amenaza con trastocar el modelo de alianzas que ha sostenido a Europa. 

Muchos titulares apuntan a la posibilidad de que el Papado pase a manos de Raymond Burke (el candidato apoyado por la administración Trump) , Robert Sarah (el apodado “Papa negro” de  origen guineano), o alguno de los discípulos de Péter Erdő, gran “King Maker” de la derecha vaticana (todos ellos considerados algunos de los cardenales más influyentes, y conservadores, de entre los 133 electores). 

Es importante recordar que estos tres cardenales fueron nombrados por Benedicto XVI, mientras que el 80% de los electores que participarán del cónclave deben su nombramiento a Francisco. En ese 80% restante encontramos a algunos de los más reformistas, entre los que destacan figuras como  Matteo Zuppi (Arzobispo de Bolonia y presidente de la conferencia episcopal italiana), Jean-Claude Hollerich (Luxemburgo)  o Luis Antonio Tagle(Manila) todos ellos muy cercanos al legado de Francisco. 

Europa afronta la mayor tensión que ha experimentado en décadas. Un producto televisivo – sobredimensionado- ocupa el despacho oval. El imperialismo regeneracionista del Kremlin amenaza con devorar Europa del Este. Los países nórdicos, aterrorizados, cierran fronteras. Israel impide el acceso de ayuda humanitaria a Gaza, la franja que Trump pretende convertir en un resort de vacaciones, quizás aprovechando también el deshielo del Ártico para establecer una ruta de cruceros al norte de Groenlandia. La guerra comercial iniciada por EEUU está ahora en manos de China. Europa, mientras tanto, asume la llegada de aranceles sin quejarse demasiado para no perder la protección de la OTAN

Europa Occidental busca desesperadamente la emancipación militar por medio del rearme, mientras que desde el lado oriental del continente no se fían de ningún plan impulsado por Francia (probablemente debido a su baja resistencia a los nazis durante la segunda guerra mundial). 

En este contexto, en el que la estabilidad de la UE esta en manos de un narcisista peligroso llega el momento de plantearse… ¿qué tipo de Papa necesita Europa? Hace unos años habría tenido claro que el mejor perfil era el de Matteo Zuppi: derechos sociales, discurso de clase, de racialización, apertura e inclusión, pero hoy… ¿quién nos conviene realmente?

Siguiendo el juego de pesos y contrapesos, en mi opinión, la mejor opción en este momento, es Luis Antonio Tagle (bastante más moderado que Zuppi, aunque también de la línea reformista). Este cardenal, originario de Manila, es un símbolo del único territorio en el que la cristiandad tiene opciones de expansión: Asia, y un nuevo contrapeso simbólico con el que limitar el creciente poder público del sátrapa de Washington.  El debate filosófico entre “seguridad” o “derechos” está servido. Ya no es sólo una cuestión teórica. En este momento necesitamos un símbolo fuerte que sirva de contrapeso en este escenario tan convulso.

Por: Luis Victoria Navas

https://hekau.es/

Más Noticias:

brecha salarial de género 
Eventos

Taller online para abordar la brecha salarial de género 

La Cámara Oficial de Comercio, Industria y Servicios de Madrid organiza un taller online, el próximo viernes 23 de mayo a las 10:00h para comprender la brecha salarial de género e identificar sus causas subyacentes.  Este encuentro busca