Ayuda voluntaria para mejorar los tratamientos crónicos

  • Hasta un 50% de personas con enfermedades crónicas no siguen correctamente su tratamiento

A día de hoy, la falta de adherencia terapéutica ya se considera como un gran problema de salud pública que da lugar a otros, no menos importantes: dificulta el control de una enfermedad, reduce la calidad de vida de la persona enferma e incrementa el riesgo de morbimortalidad. La soledad no deseada es uno de los factores que más incrementan la posibilidad de que las personas no sigan correctamente sus tratamientos.

La soledad no deseada es uno de los factores que más agudizan la falta de adherencia terapéutica. Y ya hay proyectos como «No me olvides» de Cruz Roja, en los que se trabaja para buscar soluciones dirigidas a más de 12.000 personas. Pero ¿qué es la adherencia terapéutica? Se puede definir como el grado en que una persona sigue un tratamiento específico, ya sea tomar un medicamento, llevar un régimen alimentario y/o ejecutar cambios en su vida hacia hábitos más saludables, siempre siguiendo las recomendaciones o prescripciones de profesionales sanitarios.

Se estima que la falta de adherencia terapéutica contribuye a unas 18.000 muertes prematuras en España, que se amplían hasta las 195.500 en la Unión Europea. Más de la mitad (un 58%) del 8% de incremento de gasto por mal uso de fármacos, y un 10% de las hospitalizaciones también se le pueden atribuir a este problema.

Hasta un 50% de las personas con enfermedades crónicas no siguen correctamente su tratamiento. Ya existen estudios científicos que destacan la necesidad de lo que denominan “determinantes sociales”. Estas se traducen en el hecho de apoyar a pacientes en este proceso; acciones basadas en el voluntariado que sirvan para concienciarles sobre la importancia del tratamiento, para explicar lo que no entiendan, o simplemente hacer seguimiento y mostrarles apoyo durante su enfermedad.

“No me olvides” y la soledad no deseada

El proyecto de Cruz Roja “No me olvides” se centra en el gran peso que tiene la soledad no deseada para la falta de adherencia terapeútica. De hecho consideran que es el factor que más se repite entre los 14 analizados (situación, tratamiento, aspectos socio-económicos, etc), en Barcelona, Castellón, Alicante, Navarra, Las Palmas y Madrid.

En este sentido ya hay 330 personas voluntarias que dan cobertura a más de 12.000 personas usuarias de todo el territorio nacional, y trabajan con ellas, especialmente, en casos de consumo cronificado y tendencia al aislamiento en casa. Es una forma de frenar el impacto social, económico y sanitario que conlleva este problema.

Con un enfoque biopsicosocial, se trata de mejorar la gestión de la enfermedad, haciendo un seguimiento de la pauta terapéutica de estas personas, ayudándoles a seguir correctamente su tratamiento, acompañándoles en el proceso desde la consulta incluso en el día a día y, en definitiva, generando un cambio positivo de actitud en el seguimiento que repercuta positivamente en su salud.

Dependiendo de la situación de vulnerabilidad que afecte más directamente al problema, Cruz Roja adapta su forma de intervención: si se trata de falta de recursos para acceder al tratamiento o, por ejemplo, para mantenerlo fresco, se facilita la entrega de bienes o recursos económicos para tal fin. Otras veces la solución puede requerir apoyo emocional y psicológico, o de capacitación personal para que la persona aprenda todo lo necesario para comprender la enfermedad y el tratamiento y pueda autogestionarse.

Cruz Roja en ningún momento interviene en la prescripción médica, pero sus personas voluntarias sí que pueden acompañarles y ayudarles, por ejemplo, a organizar la medicación, a seguir la dieta o animarles a realizar actividades físicas o de cualquier otra índole que contribuyan a mejorar su salud.

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