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Protocolo para detectar violencias en mujeres con adicciones

La Red de Atención a las Adicciones, UNAD, ha publicado un protocolo con indicaciones para identificar posibles episodios de violencia en mujeres que reciban algún tipo de tratamiento por drogodependencia.

La herramienta, con la que se quiere mejorar la atención conjunta de las adicciones y la violencia de género, se presenta bajo el título ‘Protocolo de detección implícita de violencia de género en mujeres con adicciones’. Para su elaboración han colaborado UNAD y el Centro de Investigación en Derechos Humanos y Políticas Públicas ‘Diversitas’ de la Universidad de Salamanca, cuya investigación se ha centrado en la realidad de la atención que ofrecen las entidades de la red de adicciones. También se ha contado con el apoyo de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas y con la financiación del Ministerio de Igualdad y del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.

El protocolo se dio a conocer durante la jornada ‘Observando la realidad de la violencia de género en la intervención en adicciones’ organizada por UNAD en la ciudad de Salamanca. La sesión contó con mesas en las que se expusieron casos prácticos de atención desde las entidades sociales, otras en las que se debatió sobre la necesidad de recursos específicos y otras dedicadas a la presentación del Observatorio de Violencia de Género de UNAD.

Peticiones de ayuda e invitaciones al trabajo y la sensibilización

Nieves Sanz, directora del Centro de Investigación en Derechos Humanos y Políticas Públicas ‘Diversitas’ de la Universidad de Salamanca, respecto a la necesidad del protocolo subrayó que, además del conocimiento, el análisis y la investigación que se puede aportar desde el ámbito universitario «es imprescindible una intervención en el día a día«, e invitó a “trabajar de forma estrecha en la realidad de unos problemas gravísimos que requieren soluciones interdisciplinares”.

Felisa Pérez, vicepresidenta de UNAD, refiriéndose a la violencia de género, intentó poner en alerta sobre una situación que “se da mucho más de lo que podríamos imaginar”. De hecho aportó unas cifras escalofriantes de estudios que cifran entre el 60% y el 80% el porcentaje de “mujeres drogodependientes que ha sufrido violencia, y muchas de ellas violencia sexual, durante su período de consumo”. Y concluyó pidiendo más medios para atajar estas situaciones.

Luis Iglesias, vocal de UNAD Castilla y León, resaltó la necesidad de prevención, herramientas y protocolos y una atención integral a las víctimas de violencia de género. Mientras, la docente e investigadora de la Universidad de Salamanca, Eva Picado, aclaró: “La detección que vamos a hacer es implícita, porque es muy difícil que las mujeres verbalicen que han sido víctimas de violencia y es un protocolo para que lo interioricen los equipos profesionales“.

Por su parte, el presidente de UNAD, Luciano Poyato, reconoció las numerosas dificultades que han tenido las mujeres para acceder a los recursos de tratamiento. Incidió además, en la magnitud de lo que queda por hacer en el tema de la discriminación hacia la mujer.

La segunda teniente de alcalde del Ayuntamiento de Salamanca, Miryam Rodríguez, puso el foco en la necesidad de apoyo institucional y sensibilización, entre otros motivos, porque las connotaciones sociales que se le atribuyen a la mujer que consume le llevan a esconder ”tanto su perspectiva de adicción como de violencia de género”.

También intervino en esta mesa final la gerente regional de Servicios Sociales de Castilla y León, Esperanza Vázquez, que matizó el especial trato que merecen “las víctimas de violencia de género mayores de 65 años, aquellas con discapacidad o con adicciones”. Y el presidente de la Diputación de Salamanca, Javier Iglesias, que concluyó poniendo en valor la labor de las entidades sociales: “Es fundamental apoyar y alentar al tercer sector en España”.

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