- El 80% de las empresas destinadas a turismo familiar no recogen los derechos ni la protección de la infancia
La expansión de los viajes y el turismo supone en todo el mundo un factor de riesgo añadido para los que son menores de edad. En este caso, las empresas turísticas velan por reducir sus riesgos con medidas de protección y prevención que conviertan su actividad en un entorno seguro. La pregunta es: ¿lo hacen posible? ¿Cumplen con su responsabilidad?
La mayoría de las empresas turísticas españolas destinan un elevado número de proyectos a la infancia y la adolescencia. Sin embargo, según un informe realizado por la Federación de Asociaciones para la Prevención del Maltrato Infantil (Fapmi-ECPAT España), en el que se han analizado 50 empresas de turismo españolas, el 35% no relaciona este posicionamiento con medidas específicas para la protección de menores frente a la explotación sexual, al trabajo forzoso y a otras formas de violencia.
La Explotación sexual de la infancia y la adolescencia en los viajes y turismo (ESIAVT) es uno de los problemas más graves que pueden sufrir las personas menores de edad por sus respectivas consecuencias. A pesar de que el 77% de las empresas cuenta con un Código Ético o Código de Conducta (declaración de valores y estándares éticos por los que se rige una organización), solo el 37% de las mismas incluyen dentro de su código la protección de los derechos de la infancia, según el estudio de fapmi-ECPAT.
Para la Federación, las empresas de turismo español que centran su público en la familia, la infancia y la adolescencia, «deberían disponer de los mecanismos necesarios para garantizar la protección y el buen trato recogidos en la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y a la Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI)». Esta Ley, aprobada en 2021, supuso un gran avance en materia de protección infantil en España. Sin embargo, tras analizar los resultados obtenidos del informe, cuestionan la eficacia de la LOPIVI en el sector empresarial.
De entre las conclusiones, observan que solo el 40% de las empresas destinadas al turismo familiar dispone de un Código Ético y, en el 80% de los casos, no recogen los derechos ni la protección de la infancia. Además, hay un 20% de las empresas de turismo familiar que rechazan explícitamente el trabajo forzoso y un 10% que también rechaza la explotación sexual infantil, porcentajes, como mencionan, «realmente bajos». Fapmi-ECPAT reconoce que todavía «queda mucho camino por recorrer».