Arturo Domínguez, 22 años, estudió Enfermería por esa ilusión de atender a las personas en momentos difíciles. Por esa ilusión de curar. Hace unos años, quiso ampliar conocimientos y explorar otras áreas y encontró una oportunidad a través del voluntariado en Cruz Roja. Allí colabora como socorrista terrestre donde participa en el proyecto de socorros y emergencias de Fuenlabrada. Hacer este voluntariado le resulta muy gratificante porque trabaja de manera directa con personas que necesitan ayuda sanitaria y, además, considera que no podría cubrirse igual sin la participación voluntaria.
¿Por qué decidiste hacer el voluntariado?
Decidí hacer voluntariado al cumplir los 18, un poco por experimentar. No tenía una gran expectativa, pero sí que es verdad que me llamaba mucho la atención, el conocer cómo es el funcionamiento de una ambulancia y descubrir un poco los servicios de emergencias sanitarios.
¿Por qué escogiste Cruz Roja?
Elegí Cruz Roja porque era la posibilidad que tenía más visible y como al principio no conocía otras instituciones, opté por lo que tenía ese acceso “más fácil”. Actualmente, aunque he hecho otros proyectos, solo me dedico al tema del transporte sanitario urgente y a los servicios preventivos terrestres.
¿Cuál es tu actividad como voluntario?
En transporte sanitario urgente normalmente hay jornadas, es como una jornada laboral en la que tú te apuntas libremente en el turno que más te interesa y si hay posibilidad de dar operatividad a una ambulancia, pues se hace una jornada de 8 horas en ambulancia. Por otro lado, cuando es un servicio preventivo terrestre depende un poco del evento que se va a cubrir sanitariamente. Se puede tratar de un partido de fútbol, también de un concierto o una marcha e incluso una carrera. Todo depende de que horario se realice.
¿Cuáles han sido los principales retos que has tenido que superar?
Principalmente la inseguridad, el trabajo con gente de muchas edades y el trabajar en un ámbito que cuando empecé no conocía casi y en el que me estoy desenvolviendo cada día un poco mejor. Al final la complejidad es el estar trabajando haciendo voluntariado con vidas y con personas que están pasando por un mal momento.
¿Es una buena manera de poner en práctica lo estudiado?
Sí que es verdad que, respecto a poner en práctica lo estudiado, la formación de grado universitario te da posibilidades, pero dentro de Cruz Roja, mi función no está reconocida como un enfermero, sino que trabajo como si fuera un socorrista terrestre. Yo voy en una ambulancia y estoy acompañado de dos técnicos en emergencia sanitaria. Por lo que, en teoría, mi función es la de dar apoyo a estos dos técnicos. Pero sí que es una buena manera de poner en práctica en muchas de las cosas.
¿Crees que se aprende mejor a resolver situaciones en el voluntariado que en las aulas?
¿Es un beneficio para la formación de un enfermero?
Sí que me ha beneficiado mucho estar estudiando la carrera universitaria mientras hago este voluntariado en Cruz Roja, porque, cuando a lo mejor no tienes unas prácticas súper específicas en la carrera, estar viviendo el día a día en situaciones reales, me hacía, asociar mucho lo que he dado en clase con lo que, a lo mejor, vivía en la ambulancia.
¿Te piden cierto nivel de conocimientos para poder participar en el equipo o permiten empezar de cero?
En mi caso en Cruz Roja, incluso también en voluntariados de transporte sanitarios como el del SAMUR (Servicio de Asistencia Municipal de Urgencia y Rescate), te permiten empezar desde cero porque ellos, según la normativa de los derechos del voluntariado, garantizan que tengas derecho a la formación, y eso es algo que te tiene que facilitar esa organización para poder desarrollar unas funciones. Entonces, en Cruz Roja el camino para empezar es a lo mejor el camino más ligero y más rápido. Sin embargo, en SAMUR la formación que te dan es quizás de seis meses todos los fines de semana, asistiendo ocho horas para estar preparado completamente para atender una situación de emergencia.
¿Qué significa para ti ser voluntario? Tanto a nivel personal como profesional.
Para mí el ser voluntario me parece una cosa que todo el mundo debería vivir porque es una manera de ofrecerte a alguien y de buscar en la gente algo que no estás esperando que te devuelvan. Simplemente tú ofreces algo dentro de unos canales o de unas organizaciones, que casi siempre o siempre va a generar un beneficio tanto para ellos como para ti, directamente.
¿Piensas que las personas valoran la labor que realizas desde el voluntariado?
El valor que le da la sociedad a la iniciativa del voluntariado hay quien lo valora pero también hay quien lo desprecia, como que no existe un punto medio. Hay personas que lo valoran y lo agradecen muchísimo y otras que sienten que por el simple hecho de que seas voluntario no estás preparado para atender las funciones que realizas o que los voluntarios están perdiendo el tiempo.
¿Qué le dirías a alguien que se esté replanteando hacer voluntariado?
A las personas que se estén replanteando hacer un voluntariado ahora les diría que por probar no se pierde nada, que existen muchísimas posibilidades que puedes estudiarlas, que muchas de ellas son bastante flexibles y se pueden adaptar a tu vida cotidiana, y que te aportará muchas cosas más positivas que las negativas que pueden parecer en un primer momento.