La infancia se encuentra en una situación crítica en Gaza. El gobierno de Israel ha bloqueado la entrada de ayuda y acceso de alimentos de las ONG en Gaza y más de 1,1 millones de menores se enfrentan, en estos momentos, a una muerte por inanición y enfermedad.
La ONU ha detallado que, entre el 1 de enero y el 15 de febrero, más del 50% de los trabajos de entrega y evaluación de la ayuda humanitaria a las zonas del norte de Gaza fueron denegadas por las fuerzas israelíes. De hecho, el 5 de febrero, la ONU informó de que el ejército de Israel había disparado uno de los convoyes de comida.
El Programa Mundial de Alimentos ha suspendido esta semana las entregas de ayuda al norte de Gaza por motivos de seguridad. Además, se habla de «niveles de desesperación sin precedentes» y de la necesidad urgente de abrir más rutas de ayuda. Save the Children ha recordado que el hambre no puede utilizarse como método de guerra.
Consecuencias humanitarias
El informe Nutrición Global realizado por varias ONG entre las que se encuentra Save the Children, revela que entre diciembre y enero más del 90% de menores de dos años y sus madres se enfrentaban a una grave situación de pobreza alimentaria. En este sentido, uno de cada seis menores sufría desnutrición aguda, un trastorno que puede provocar emaciación grave -una de las formas más letales de desnutrición-.
El conflicto ha provocado grandes perjuicios en servicios esenciales como el agua, el saneamiento, el suministro de alimentos, la electricidad y la salud. Jason Lee, director de Save the Children ha declarado: «Las condiciones para proporcionar ayuda humanitaria a los niños y niñas de Gaza no solo no se está cumpliendo, sino que está empeorando».
Save the Children pide un alto el fuego inmediato y definitivo para salvar y proteger las vidas de menores de Gaza y que todas las partes acaten la sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y se abstengan de llevar a cabo acciones que socaven las medidas provisionales indicadas por la CIJ. De otro lado, la organización hace un llamamiento a todos los gobiernos donantes y al resto de la comunidad internacional para que reanuden y aumenten la financiación del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (OOPS) lo antes posible.