La soledad crónica es un problema persistente y generalizado

La soledad afecta a una quinta parte de las personas adultas en España en este momento, y un 13,5% de la población sufre de soledad crónica, según revela el ‘Barómetro de la Soledad no Deseada en España 2024’, un estudio presentado el pasado lunes en Madrid por la Fundación ONCE y la Fundación AXA en el marco del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada (SoledadES). Este nuevo informe, que actualiza y amplía estudios anteriores de 2015 y 2022, destaca que la soledad crónica es un problema persistente y generalizado, con dos de cada tres personas que experimentan esta condición desde hace más de dos años. Además, el 59% de estas personas llevan más de tres años en esta situación.

El acto de presentación del estudio tuvo lugar en la sede de Por Talento Digital de Fundación ONCE y contó con la presencia de Pablo Bustinduy, ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030; Imelda Fernández, vicepresidenta 4ª de Servicios Sociales del Consejo General de la ONCE; y Josep Alfonso, director general de la Fundación AXA.

Características de la soledad en España

El barómetro señala que la soledad afecta de manera desigual a diferentes grupos demográficos. Las mujeres, las personas jóvenes, las personas con bajos niveles educativos y aquellas que viven en núcleos urbanos son las más afectadas. Por ejemplo, la soledad es más común entre las mujeres (21,8%) que entre los hombres (18%) y entre la juventud más que entre las personas mayores.

Asimismo, la prevalencia del aislamiento involuntario es notablemente mayor entre las personas con problemas de salud, dificultades económicas, desempleo, discapacidad y aquellas con trastornos de salud mental. Las personas con una salud muy mala tienen una probabilidad tres veces mayor de sufrir soledad no deseada, y aquellas con problemas de salud mental, diagnosticadas o no, tienen una probabilidad 2,4 veces mayor.

Impacto de las relaciones sociales y el nivel educativo

La calidad y cantidad de las relaciones sociales son factores cruciales para la soledad. El estudio revela que la falta de apoyo social es significativamente más alta entre quienes sufren soledad no deseada. Más de la mitad de estas personas tienen menos relaciones familiares y de amistad de las que desearían, comparado con menos de una cuarta parte entre quienes no experimentan soledad.

El nivel educativo también juega un papel importante: el aislamiento involuntario es menos frecuente entre las personas con mayor nivel educativo, y la falta de estudios superiores incrementa la probabilidad de soledad en un 50%.

Combatir la soledad

Como ya apuntaba el primer trabajo de SoledadES, la gran mayoría de la sociedad considera que “la lucha contra la soledad debe ser una cuestión prioritaria para las administraciones públicas” y “una responsabilidad compartida por el conjunto de la sociedad”.

En coherencia con esta opinión, la mayor parte de la ciudadanía afirma realizar acciones que ayudan a combatir la soledad (79,1%), aunque la mayoría revela que les gustaría poder hacer más para mejorar este problema (82%).

En esta misma línea, el 57,9% de la población piensa que son las ONG las instituciones que realizan mayores esfuerzos para luchar contra la soledad no deseada. Sin embargo, el 47% piensa que es el Gobierno central quien tiene la responsabilidad en primer lugar de luchar contra la soledad, seguido por los ayuntamientos (26,3%) y los gobiernos autonómicos (16,2%).

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