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Una de cada cuatro personas mayores en riesgo de pobreza y exclusión social

  • Las mujeres mayores tienen acceso a pensiones mucho más bajas que los hombres

Por Laura Ruiz

Batimos récords históricos en cuanto a cifras de pobreza relativas a las personas mayores en los últimos años. El 5,9% de las personas de más de 65 años vivían en 2021 en situación de pobreza severa. Es el porcentaje más alto de toda la serie histórica. Otra alerta similar es la del 15,1% de personas jubiladas en riesgo de pobreza en 2022, que supone el dato más elevado registrado por la Red Europea Antipobreza (EAPN por sus siglas en inglés) desde 2015.

La Oficina Europea de Estadística (EUROSTAT) contabilizó en 95.3 millones las personas en riesgo de pobreza o exclusión social en 2022; el 22% de la población de la Unión Europea. España se encuentra en el tercer puesto de los datos más altos con un porcentaje del 26%. «La lucha contra la pobreza tiene que ser una de las prioridades de cualquier política que se haga tanto a nivel local, como autonómico, nacional o internacional. Es decir, es una asignatura pendiente de la humanidad«, defiende Marino de la Rocha, presidente del Departamento de Jubilados y Pensionistas de USO (JUPEN-USO).

Las pensiones: una de las principales fallas

El sistema de pensiones de la sociedad española deja mucho que desear. Es más, los ingresos de la mayor parte de la población española dependen de las pensiones y, según especifica De la Rocha, «el 60% o más no llegan al salario mínimo interprofesional».

«La pensión más habitual en España está entre los 750 y los 900 euros. A partir de ahí la conclusión es que buena parte de las pensiones están realmente por debajo del umbral de pobreza. Y el umbral de pobreza vendría a ser el 60% del salario medio. Es decir, ya el salario mínimo interprofesional está rozando el umbral de pobreza«, explica De la Rocha.

De acuerdo con los últimos datos publicados por la EAPN en 2021, el importe anual de 1,51 millones de pensiones (el 15,3% del total) no superaba los 6.357 euros, que constituyen el umbral de pobreza.

La tasa de pobreza ha aumentado desde 2019, “pero no es únicamente por la covid, sino también debido a circunstancias macro, como la guerra de Ucrania, que al final han impactado en la economía global”, explica Belén Martínez Perianes, responsable de Agenda 2030 y Formación de la fundación Help Age.

En 2021, 4,8 millones de personas vivían en situación de pobreza severa, 317.000 más que antes de que se desatase la crisis del coronavirus. Sin embargo, la incidencia de la pobreza severa no ha dejado de aumentar desde 2018, y ahora mismo es mayor que antes de la crisis económica de 2008.

Martínez Perianes reclama que las pensiones deben fluctuar en consonancia con el Índice de Precios de Consumo (IPC): “Si los precios se incrementan y las pensiones no se actualizan, las personas pierden poder adquisitivo, porque disponen del mismo dinero aunque los precios estén más elevados”.

Vulnerabilidad sesgada

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en su informe sobre pensiones de 2021, destaca España como uno de los países que menos diferencia de género tiene en las tasas de pobreza. Mientras que la media europea es del 16,2% en las mujeres y 11,6% en hombres, en España, los hombres tienen un porcentaje del 10,1% y las mujeres del 10,2%.

No obstante, las políticas de recuperación no llegan por igual a ambos sexos: desde 2015, las políticas sociales han conseguido que haya medio millón de hombres pobres menos, mientras que solo 61.000 mujeres han salido de la pobreza en el mismo período.

El manifiesto de 2020 de la Federación Europea de Jubilados y Personas Mayores (FERPA) constataba que el 15,9% de las personas de 65 o más años en Europa viven en situación de pobreza. Esta situación se agudiza en el caso de las mujeres ya que “sus pensiones medias en Europa son un 38% más bajas que las de los hombres”.

De la Rocha comenta que esto se debe a que tradicionalmente las mujeres se han visto excluidas del mundo laboral, además de que han debido atender situaciones como ser madre o cuidar de familiares, por tanto, han cotizado menos. Además de las peores condiciones laborales, las diferencias de retribución tanto en los salarios como durante la jubilación, las convierten en un colectivo más vulnerable a la pobreza.

Otras variables

Según los datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, a septiembre de 2023, la pensión media de jubilación es de 1.376,4 euros al mes, mientras que la pensión media de viudedad es de 852,8 euros. La pensión de jubilación la reciben hombres en un 60,2%, mientras el 95,9% de las personas que reciben la pensión de viudedad son mujeres.

En 2021, el Gobierno español aprobó un complemento para la reducción de la brecha relativa a las pensiones. Sin embargo, Martínez Perianes afirma que todavía «no se ha implementado o no se conoce tanto» porque la gente no la solicita. En septiembre de 2023, únicamente el 5,73% de las personas pensionistas recibieron dicho complemento.

Junto a la edad y el sexo, el estado civil es un factor determinante en el riesgo de pobreza y/o exclusión social. «Las tasas de pobreza se pueden observar en personas que viven solas y que, generalmente, no están asistidas«, explica Perianes. Además, «no es lo mismo la cuantía de una pensión contributiva a una no contributiva. Igual pasa con las pensiones de viudedad, a menos que seas viuda no puedes acceder a ellas», asegura.

Aislamiento social y vergüenza

La Estrategia Europea 2020 aprobó en 2010 una nueva métrica para contabilizar las personas en riesgo de pobreza. Mientras que la tasa de riesgo de pobreza, solo tiene en cuenta los ingresos, el indicador AROPE engloba tanto a las personas que viven con bajos ingresos (tasa de riesgo de pobreza), como a las que viven con carencia material y social severa y/o con baja intensidad en el empleo. No obstante, el Instituto Nacional de Estadística al definirla advierte de la posibilidad de que personas incluidas no sean pobres.

¿Cómo afecta a una persona mayor en su día a día la situación de pobreza? Afecta sobre todo en su forma de relacionarse. Es decir, «si tu pensión da para menos, generalmente vas a hacer más cosas dentro de tu casa que salir fuera o, por ejemplo, apuntarse a clases extraescolares y socializar», asegura Martínez Perianes.

En 2022, unos 3,6 millones de personas que constituyen el 7,7% de la población española vivían con privación material y social severa. De nuevo, las mujeres se ven más afectadas por esta situación que los hombres. En 2022, la cifra de mujeres que declaraba vivir en carencia material y social severa era del 8,2%.

Para una persona mayor la situación de pobreza implica un mayor aislamiento social. Además, “hay mucha vergüenza alrededor de la pobreza. No gusta decir que se están pasando dificultades económicas, en casa, en el entorno… es una cosa muy, muy, muy personal, muy intensa”, asegura Martínez Perianes. De hecho, únicamente el 16% de los hogares en riesgo de pobreza severa declaran haberse sentido excluidos.

Tanto De la Rocha como Martínez defienden una mayor atención a las personas mayores. Desde USO, piden que se escuche a las personas mayores ya que en torno al 80% desean envejecer en sus casas y piden que se tomen medidas para favorecer el envejecimiento en las casas propias. Por su parte, HelpAge defiende que las personas mayores siguen siendo miembros importantes de la sociedad y como tales deben ser tratadas como “titulares de derecho”.

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