Con el inicio del curso escolar, millones de niños, niñas y adolescentes regresan a las aulas en todo el mundo. Sin embargo, la ONG Entreculturas advierte que este regreso no es igual para todo el alumnado, especialmente para quienes viven en zonas rurales. Así, estudiantes y docentes en áreas rurales se enfrentan a obstáculos añadidos que, de no abordarse, podrían generar una exclusión educativa irreversible.
En respuesta a esta realidad, Entreculturas ha centrado su esfuerzo en la educación rural mediante la campaña La Silla Roja, con el lema “Pongamos la educación en el mapa”. Durante una rueda de prensa, la organización presentó el informe ‘Educación rural, entre el olvido y la reivindicación’, que ofrece una visión global sobre el estado de la educación en el medio rural, con especial énfasis en América Latina.
Macarena Romero, Técnica del Departamento de Incidencia Política de Entreculturas, abrió el evento destacando un dato alarmante: «La inmensa mayoría de los niños y niñas que están fuera de la escuela viven en áreas rurales». Romero ha enfatizado que la publicación muestra, a través de un riguroso recopilación del trabajo en terreno, cómo “la educación es un mecanismo de resistencia de la vida comunitaria rural, señalando los dos retos claves a los que se enfrenta: su expansión y su aumento de calidad”. A estos obstáculos se suman otros como el trabajo infantil, que afecta a 98 millones de menores a nivel mundial, principalmente en el sector agrícola.
Además, Livia Condorcahua y Tadeo Mazas, pedagogos de Perú, también participaron en la presentación y señalaron cómo la industrialización y la concentración urbana están excluyendo a millones de menores que viven en zonas rurales de las aulas, una situación agravada por la pandemia, que intensificó las carencias en conectividad y acceso a tecnología. Además, destacaron la necesidad de mejorar la formación docente en las zonas rurales, ya que la capacitación actual está enfocada en contextos urbanos, lo que dificulta el trabajo en comunidades rurales.
Por su parte, María José Hernández, profesora en Villanueva del Fresno, una localidad extremeña de poco más de 3.000 habitantes, destacó que, a pesar de las limitaciones, educar en entornos rurales ofrece la oportunidad de «crear relaciones cercanas y de impacto directo en la comunidad».
Por último, el informe de Entreculturas concluye haciendo un llamamiento a la comunidad internacional y a los Estados para implementar «cambios urgentes en las políticas públicas para enfrentar los desafíos críticos a los que se enfrenta la educación rural”, sentenció Romero.