«El estado de ánimo influye mucho en la evolución de una enfermedad»

Elena Crimental

El voluntariado puede ser una gran manera de aunar una afición con los actos benéficos. Desde luego así lo pensaron en 2012 un grupo de personas amantes de la ciencia ficción y la fantasía, que decidieron fundar una asociación dedicada a “repartir felicidad”. De ese modo nació Fanvención, la organización en la que Andrea Kokoam lleva años compaginando su amor por el "cosplay" con la ayuda a los demás.
Andrea Kokoam, voluntaria en Fanvención, abajo a la derecha

Elena Crimental

Cuando todavía estaba en bachillerato, Andrea Kokoam comenzó a interesarse por el cosplay, una afición que consiste en disfrazarse de personajes específicos. “Me empezó a picar el gusanillo de hacerme mi propio traje, como si fuese Carnaval”, expresa. Desde ese momento han pasado 13 años, la mitad de los cuáles ha estado transformando en solidaridad su pasión por encarnar protagonistas de ficción desde Fanvención, una ONG dedicada a la organización de eventos de ciencia ficción y fantasía para recaudar fondos para otras asociaciones benéficas.

En Fanvención, ¿todas las personas que colaboran son cosplayers profesionales? Porque en la web especificáis que uno de vuestros Spider-Man realiza acrobacias y que algunas “princesas o príncipes cantan igual que en las películas”.

Realmente, lo importante es que te guste disfrazarte y estar con menores. Al final lo que queremos es conseguir esa sonrisa o distracción, haciendo que conozcan a sus personajes favoritos y que se sientan como en Disneyland, por así decirlo. Entonces, el mayor requisito es que te quieras vestir de forma fiel al personaje, porque no nos valdría un disfraz de los que se venden de Blancanieves en minifalda. Lo que buscamos es la recreación, aunque no es necesario que el vestuario sea hecho a mano, puede comprarse.

Es verdad que tenemos a David, un Spider-Man que corre por las paredes porque hace parkour, pero es porque muchas veces se dan estas casualidades. Además, la gente tiende a escoger personajes que les vienen como anillo al dedo, pues los seleccionan precisamente porque sienten una identificación. Buscas aquellos que son más afines a ti, con los que compartes alguna habilidad. También tenemos personas que cantan, aunque para nada es un requisito, es más bien un extra. Con que tú tengas disposición para disfrazarte y meterte en la piel de ese personaje, no hace falta nada más, el resto te lo va dando la experiencia. El primer día no vas a saber qué hacer, pero a medida que acudes a eventos y aprendes del resto del equipo, te conviertes en un experto, segurísimo.

Aunque principalmente colaboráis con hospitales, también habéis participado en actos benéficos con animales o campañas de donación de sangre. El año pasado, formasteis parte de un total de 60 acciones. ¿Cómo seleccionáis con quién trabajar?

Estamos abiertos a todo tipo de propuestas. Es verdad que lo gordo y por lo que más se nos puede conocer es por el tema de los hospitales. Lo que pasa es que son eventos que están muy limitados, ya que las visitas tienen que ir por vías oficiales y desde la pandemia se ha complicado todo, aunque ya estamos volviendo. En nuestro caso tenemos un convenio de colaboración con la Comunidad de Madrid, que ahora está abierto con La Paz. Allí tenemos vía libre para acceder como asociación.

Pero, aparte de eso, estamos abiertos a cualquier clase de colaboraciones mientras sean actos benéficos. Muchas asociaciones o incluso particulares nos contactan y nos llaman para colectas, por ejemplo. Nosotros investigamos sobre el evento y comprobamos que realmente sea benéfico. Luego vamos allí sin pedir nada, es voluntariado al 100%. Nuestra función consiste en ser un reclamo y en animación de la velada. También hemos participado en fiestas de cumpleaños para menores que lo han pasado mal por una enfermedad, para conseguir que tengan su día especial. En definitiva, nos puede contactar quien quiera.

Vuestras acciones son una manera de reivindicar el ocio para personas en situación de vulnerabilidad, sobre todo menores ingresados en un hospital. ¿Es importante no olvidar que también tienen derecho a disfrutar?

En el caso de los hospitales, hay que reivindicar que la infancia no solo tiene derecho a la salud, sino también a divertirse dentro de estas circunstancias tan difíciles. Muchas veces se les tiene un poco olvidados, sobre todo ahora. Es más, en estos años de pandemia han estado completamente aislados, nadie iba al hospital. En La Paz ha habido más de un año durante el cual solo íbamos nosotros (siempre las mismas personas, por protocolo), y ese era el único ocio que tenían.

Esto es súper importante porque el estado de ánimo de una persona influye muchísimo en la evolución de su enfermedad. Tenemos socios que incluso nos han dicho que recuerdan con emoción cuando estuvieron ingresados y recibieron visitas de personajes como Capitán América, porque eso los animaba. Son terapias que hemos visto en persona que funcionan. Hay que entender que cuando vamos a un hospital está todo hablado, nos acompaña el personal del lugar, que nos indica en qué habitaciones podemos entrar. En otras no es posible por varios motivos, ya sea por aislamiento o porque los padres no quieren.

Una vez, dos compañeras fueron vestidas de Anna y Elsa de Frozen y, al pasar por un cuarto, la abuela de una niña insistió en que entraran, aunque no estaba acordado. Al final lo hicieron y se pusieron a cantar un tema de la película. La pequeña empezó a sonreír y a hablar, que es algo que suele ocurrir. Pero de repente la abuela se puso a llorar y el personal se quedó impactado, porque resulta que la niña llevaba días sin hablar, y esa interacción consiguió que volviera a hacerlo. Por eso digo que el ocio es tan importante, tanto el infantil como el de los adultos, que están más olvidados aún.

Este voluntariado requiere un esfuerzo. Por ejemplo, en Navidades pasáis la noche en diversos hospitales. Aunque entiendo que tiene una recompensa personal, ¿también es duro?

Sí, hay veces que es duro, en especial en el caso de los hospitales. Cuando son eventos en plan adopciones de animales o fiestas un poquito más distendidas, no sueles encontrarte con este tipo de situaciones. Pero entre nosotros lo decimos: si entras en una habitación y ves que no puedes con la situación, te sales. Yo, por ejemplo, soy capaz de ponerme un telón y aguantar el tipo, pero hay quien no puede con ello. Tenemos personas voluntarias que a hospitales no vienen, pero sí acuden a otro tipo de acciones. Para mí personalmente tiene su recompensa, porque sales de allí sintiéndote bastante bien. Es una sensación extraña… de haber hecho algo por alguien, de que no ha sido en vano.

También tuve una anécdota muy fuerte, precisamente una Nochebuena que pasamos por Urgencias, como llevamos haciendo muchos años, pues siempre terminamos de cenar y hacemos un tour por distintos hospitales públicos de la Comunidad de Madrid. Esa noche iba vestida de Blancanieves y al entrar escuchamos un berrido de una niña en una sala de curas. Recuerdo que alguien me dio la mano, creo que fue una enfermera, y me metieron en la habitación. Ahí estaba la pequeña, que tenía unas quemaduras muy bestias, no sé qué le habría pasado. Me senté delante de ella y me puse a charlar como si fuese el personaje. Entonces dejó de llorar y se tranquilizó. Estuve ahí toda la cura. Lograr tranquilizar a la niña durante un proceso que es dolorosísimo para ella fue reconfortante. Siempre ver que consigues alegrar a alguien es una recompensa.

Y los adultos, ¿cómo reaccionan a las acciones de Fanvención? Porque también habéis estado en acciones como donaciones de sangre, o en los mismos hospitales, animando al personal o a pacientes mayores de edad.

Hay de todo, desde el que no te mira mucho hasta el que grita “¡Oh, Thor, qué guay! ¡Déjame el martillo!”. Saben perfectamente que eres alguien que va disfrazado, pero hay algunos padres que, aunque vienen a pedirte la foto con sus hijos, les hace más ilusión a ellos que a los pequeños. También es verdad que con adultos te comportas de otra manera, entras en otra dinámica, más de chistes, de hablar de la película. Por ejemplo, habiendo ido vestida de Blancanieves, como suelo hacer, hay padres que me han pedido recitar el nombre de todos los enanitos, o te comentan que desde su época no han visto la película.

Es una conversación banal, por así decirlo, pero estás hablando de algo que muchas veces también les hace ilusión, y les distraes. Así que la verdad es que la recepción suele ser bastante positiva. Luego están los adultos que consideran que eres un loco disfrazado y se van para otro lado. Entonces pienso “pues ya está, con este no hemos encajado”. Pero hay muchos que se lo pasan bien, y es muy gracioso. En campañas de donaciones ayudas a captar a la gente con ese factor diferencial, es un buen reclamo porque siempre llama la atención tener a un tío disfrazado de Iron Man.

A través de este fenómeno fan y de apelar a elementos de la cultura popular que todo el mundo conoce, ¿es más fácil llegar a las personas, tanto para ayudarlas cuando están en una situación vulnerable como para animarlas a que sean más solidarias?

Es verdad que hoy en día la cultura popular, el frikismo que se dice ahora, está de moda. Gracias a eso es mucho más fácil llegar a la gente a través de estas cosas, porque casi todo el mundo o lo conoce o sabe por dónde van los tiros, y entran en la dinámica, a diferencia de otras épocas donde no se acercaban tanto o te veían como un bicho raro.

Si tienes cierto problema, vamos a estar hablando o haciendo otra cosa completamente distinta que se escapa a tu situación actual durante un rato. Eso ayuda muchísimo a la gente, precisamente porque te permite distraerte, desconectar. Es lo que necesitan muchas veces, porque de otro modo estás 24 horas pensando en lo que te ocurre.

¿Crees que el voluntariado que hacéis ayuda a reivindicar el cosplay? Y, ¿en los últimos años la concepción que tiene la gente hacia esta afición ha cambiado?

El que está metido en el mundo lo ve más “naturalizado”. Si sigues yendo disfrazado por la calle te van a seguir mirando y diciendo “oye, ¿ese qué hace?”. No es algo normal, pero no es tan raro como lo era hace unos años. Gracias a eso conseguimos más personas voluntarias, pues cuanta más gente lo conoce y menos piensa que es una cosa extraña o de pringados, por así decirlo, más se va a picar a disfrazarse, incluso gente que de entrada tampoco es tan friki.

Luego esto hace que no tengamos tantos problemas, sobre todo en los eventos. Muchas veces intentamos vestirnos en las acciones, pero esto permite que si vas con medio disfraz por la calle no tengas inconvenientes. De modo que sí ayuda a que se normalice y nosotros también crezcamos.

También participáis en eventos de recaudación de fondos. Según tu experiencia, ¿las personas están cada vez más concienciadas con la importancia de ayudar a los demás, aunque sea a través de donaciones?

Nosotros no hacemos colectas propias porque no manejamos ningún tipo de fondo, pero si alguien nos pide participar en algún evento benéfico, acudimos. Lo que organizamos personalmente, aunque el dinero no pase nunca por Fanvención, se enmarca dentro de la convención CifiMad, donde montamos un stand para que la gente done merchandising. Ha habido algunos objetos muy jugosos, firmados incluso por actores, que la gente nos ha donado. Después, con ellos preparamos rifas y subastas. Todo lo recaudado va al terminar a la asociación que hayamos elegido ese año, e intentamos darles el dinero sino ese día, el siguiente.

Sí que hemos notado a lo largo del tiempo que hay una mayor concienciación, porque en esta misma colecta cada año conseguimos sacar un poquito más. Eso quiere decir que tenemos más donaciones o que la gente paga más por los objetos, ¡depende de tantas variables! Hemos tenido subastas muy graciosas, en las que incluso se han picado pujando parejas entre ellos. Pero sí que noto que, poco a poco, más gente nos quiere donar cosas. O incluso nos contacta para decirnos que quiere colaborar. Entonces sí sentimos una mayor concienciación y personas con más ganas de aportar para que nosotros luego podamos llegar a asociaciones que lo necesitan.

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