La reciente emergencia causada por la DANA en la Comunitat Valenciana nos enfrentó a una devastación sin precedentes. Las lluvias torrenciales y las inundaciones transformaron nuestro entorno en un escenario de destrucción, pero también sacaron a la luz lo mejor de nuestra sociedad: el espíritu solidario y la entrega de miles de personas que, sin dudarlo, acudieron a ayudar. Como Presidente de la Plataforma del Voluntariat, deseo expresar mi reconocimiento y gratitud a todas las personas que han hecho posible esta respuesta extraordinaria.
La envergadura de la emergencia puso a prueba nuestra capacidad de reacción y coordinación. La Plataforma del Voluntariat, en colaboración con la Generalitat Valenciana, asumió el reto de canalizar y coordinar el flujo de voluntariado en un momento en el que la ayuda debía ser inmediata y segura. La creación de un Centro de Coordinación del Voluntariado en la Ciutat de les Arts i les Ciències permitió gestionar y dirigir el esfuerzo de quienes se movilizaron con gran generosidad hacia las áreas afectadas. La apertura de este centro facilitó la organización de transportes en autobuses que llevaron al voluntariado a las zonas más necesitadas.
Un esfuerzo sin precedentes: una lección de solidaridad
El sábado 2 de noviembre, primer día en funcionamiento del servicio de traslados para el voluntariado de emergencias, amaneció con una respuesta abrumadora: más de 12.000 personas acudieron con el firme deseo de colaborar en las labores de recuperación. Ese día, alrededor de 10.000 personas voluntarias lograron desplazarse a las zonas afectadas, un número impresionante que exigió ajustes logísticos para responder a esta generosidad sin precedentes.
Gracias a la implementación de un sistema digital de inscripción, logramos una gestión más eficiente, permitiendo a voluntarias y voluntarios seleccionar franjas horarias y áreas específicas de actuación. Desde entonces, más de 15.000 personas han participado en este dispositivo, evidenciando el compromiso solidario de nuestra ciudadanía.
Además de la movilización puntual, las organizaciones que integran la Plataforma del Voluntariat han proyectado sus esfuerzos en las zonas afectadas desde el primer día, extendiendo el alcance de las ayudas en diversos municipios afectados. Su constancia ha sido un factor crucial para que la ayuda llegue a los rincones más necesitados de la Comunitat Valenciana.
El proceso de recuperación será largo y desafiante, y es fundamental que el entusiasmo inicial no se desvanezca con el tiempo. La reconstrucción requiere no solo de manos dispuestas, sino de compromiso continuo y coordinación. Por ello, apelamos a la ciudadanía para que mantenga el compromiso de ayudar bajo condiciones seguras, siguiendo siempre las directrices de las autoridades y consultando fuentes oficiales. Solo así lograremos que cada esfuerzo sea eficaz y seguro.
Una juventud que rompió estereotipos y lideró la solidaridad
Esta crisis ha revelado algo esencial: la entrega desinteresada de personas de todas las edades, especialmente de jóvenes, ha sido el motor de esta movilización. La mal llamada “generación de cristal» ha roto estereotipos con innumerables gestos de valentía y solidaridad, demostrando que su sensibilidad y empatía son fundamentales en momentos de crisis.
Esta juventud, junto a personas de todas las edades y procedencias, han sido un ejemplo de unidad y compromiso, demostrando que nuestra comunidad es diversa y fuerte. A su lado, vimos también a adultos mayores, estudiantes internacionales, familias enteras y personas de distintas profesiones trabajando codo con codo. Esta diversidad es lo que convierte a nuestra sociedad en una comunidad de apoyo y esperanza. Nos recuerda que, en medio de la adversidad, somos capaces de unirnos y actuar con un mismo propósito: ayudar.
Como Presidente de la Plataforma del Voluntariat, solo puedo expresar un agradecimiento profundo y sincero a cada persona que, con sus manos y su corazón, está ayudando a transformar este dolor en esperanza. La Comunitat Valenciana ha demostrado una vez más que es una tierra de personas generosas y solidarias. Sentimos pleno orgullo de formar parte de una sociedad que responde de manera ejemplar, donde la solidaridad y el apoyo mutuo son el verdadero rostro de nuestra identidad.
La imagen de nuestra gente ayudando sin descanso quedará para siempre como un recordatorio de que, incluso en los peores momentos, somos capaces de construir un lugar donde prevalezcan la empatía, la unidad y la esperanza.
Gracias a todos y todas por hacer de nuestra tierra un lugar donde la humanidad y la solidaridad son un faro en la oscuridad.