«En una sociedad que tiende al individualismo, la escucha es terapéutica»

Cayetano Manchón

Inma Reyero es voluntaria y responsable de comunicación en el Teléfono de la Esperanza. Empezó como usuaria de este servicio y, al comprobar en primera persona el gran servicio social que realiza la organización, decidió involucrarse como orientadora. En esta entrevista, nos cuenta su experiencia como voluntaria en una fundación que lleva más de 50 años operativa.
Inma Reyer, Teléfono de la Esperanza
Inma Reyero, voluntaria en el Teléfono de la Esperanza

Llamar para no rendirse, llamar para sentir cerca a alguien, llamar para no perder la fe… Da igual el motivo; simplemente llama. Los problemas relacionados con la salud mental o la soledad no se solucionarán por completo marcando un número de teléfono, pero sí supone el paso más importante: pedir ayuda. Inma Reyero es una de esas personas que nos espera al otro lado del teléfono para ofrecernos la ayuda que necesitamos. Una ayuda que funciona de forma ininterrumpida y que puede salvar vidas.

¿Cómo definirías el servicio que realiza el Teléfono de la Esperanza?

El Teléfono de la Esperanza supone un servicio vital. En una sociedad en la que se tiende al individualismo, la escucha es terapéutica: cuando tú escuchas a una persona, esta se siente valorada, siente que alguien la quiere, siente que es importante. En resumen, se trata de darle visibilidad. Esto es algo que muchas personas necesitan, ya que, como digo, vivimos en una sociedad individualista, impulsada sobre todo por las redes sociales. Por todo ello, considero fundamental esta labor.

¿Cuál sería el ‘modus operandi’ de la organización en líneas generales?

Durante la primera llamada realizamos una labor de desahogo o de estabilización de la crisis de la persona usuaria. Acto seguido, tratamos de remitirle a los recursos que creamos convenientes, como puede ser la realización de un taller con el Teléfono de la Esperanza. No obstante, si consideramos que necesita ayuda profesional, la remitimos a otro tipo de servicios. Por ejemplo, al llamar una persona que está sufriendo maltrato se le deriva al 016. Se trata de poner a disposición del usuario una serie de recursos que igual en ese momento no se le han ocurrido o no conoce.

He visto que también contáis con un servicio de atención por chat.

Sí, desde el 21 de marzo de 2022 contamos con el Chat de la Esperanza. A través de este recurso hemos atendido a nivel nacional más de 9.000 casos, por lo que estamos muy orgullosos de contar con una herramienta tan necesaria como esta.

El Chat de la Esperanza funciona de forma parecida al servicio de Whatsapp. Los usuarios nos escriben de forma totalmente anónima, por lo que resulta un espacio seguro para ellos y que hace que se sientan muy cómodos.

Y de forma más específica, ¿en qué consiste tu labor dentro de la organización?

Ahora mismo, lo más importante de mi voluntariado es la orientación por teléfono. El Teléfono de la Esperanza funciona los 365 días del año, las 24 horas al día. En este servicio atendemos de forma directa a las personas que nos llaman en una situación de crisis. Se trata de un servicio continuo: en España existen 29 sedes del Teléfono de la Esperanza, por lo que se realizan turnos a nivel nacional para que estén cubiertas todas las horas del día. Básicamente, esta atención les sirve para conocer los recursos que tienen a su disposición, desahogarse, contarnos cómo se sienten, etc.

Por otro lado, el chat de la esperanza ofrece las mismas opciones, con la diferencia de que está enfocado a personas más jóvenes o personas que tienen algún problema con el lenguaje.

La organización nace en 1971 enfocada a personas con limitaciones psíquicas o físicas. Sin embargo, el perfil se ha ido diversificando a lo largo de los años. Desde tu experiencia, ¿cuál sería el perfil más común entre las personas usuarias del servicio?

Entre los usuarios no existe un perfil concreto, ya que nos llaman personas de todas las edades, de todos los géneros y con situaciones de todo tipo. Sin embargo, si limitamos un poco, podríamos decir que el perfil más común de personas que utilizan el servicio telefónico son mujeres de entre 40 y 60 años. Por otro lado, los jóvenes entre 14 y 25 años, aproximadamente, son los usuarios más recurrentes del Chat de la Esperanza.

A pesar de la diversidad de perfiles, ¿existe un motivo mayoritario para el uso de este recurso?

El motivo principal por el que nos contactan los usuarios es la soledad. Esto es algo que nos llama mucho la atención, sobre todo, en lo que se refiere a los jóvenes, ya que se supone que son personas que están constantemente interconectadas. Sin embargo, son muchos los que nos manifiestan que se sienten solos: no cuentan con un amigo o un apoyo cercano con el que poder hablar. En muchos casos, estos jóvenes nos transmiten que no saben cómo comunicarse con sus padres porque creen que no les van a comprender o no saben como abordar los temas que les preocupan.

Los problemas de salud mental, como el estrés, la ansiedad o la depresión, son otros de los principales motivos de los usuarios. Luego ya vendrían otro tipo de causas relacionadas con enfermedades más específicas y complicadas, como la esquizofrenia o el trastorno límite de la personalidad. Y, por su puesto, en los casos más extremos, se tratan temas como las autolesiones o el suicidio.

En este sentido, ¿crees que la juventud es más reticente a pedir ayuda profesional?

En su entorno, las personas jóvenes siguen teniendo miedos e inseguridades: tienen miedo a que les juzguen o a creer que no son suficiente, debido a que se les ha hecho creer que ya deberían saberlo todo. Por ello intentamos explicarles que eso no es así, que tienen tanto derecho a levantar la mano y a pedir ayuda como cualquier otro.

A pesar de todo, sí que notamos que cada vez nos contactan más personas jóvenes. De hecho, hemos sabido hace poco que herramientas como ChatGPT remiten a los usuarios al Chat de la Esperanza cuando tienen dudas o cuestiones de este tipo. Esto es algo que nos parece muy interesante y muy positivo.

Y en términos generales, ¿consideras que ha habido un cambio y cada vez se estigmatiza menos la salud mental?

Yo creo que sí. Por ejemplo, a pesar de que tienen muchos aspectos negativos, las redes sociales nos han ayudado mucho a visibilizar estos problemas. Ahora es mucho más natural exteriorizar estas cuestiones y pedir ayuda cuando se considera necesario.

Por otro lado, el problema que existe ahora es la falta de recursos: la gente pide ayuda, pero no puede pagar un psicólogo todas las semanas o no puede esperar seis meses para que le den cita con el psicólogo de la Seguridad Social.

En 2022 publicaste el libro “Las Palabras son el Viaje”. ¿Cómo influye tu experiencia en esta organización para llevar a cabo este proyecto?

La idea surgió gracias al Teléfono de la Esperanza, la cual es una asociación que ha marcado un antes y un después en mi vida.

Cuando terminábamos de realizar algún taller, se preguntaba si algún voluntario quería escribir sobre lo que la experiencia había supuesto para él. Yo, sin tener ni idea de escribir, un día levanté la mano y empecé con ello. Me empezaron a pedir que escribiera una vez a la semana un relato relacionado con mi experiencia como voluntaria en el blog de la organización. La bola se fue haciendo más grande y surgió la idea de recopilar estos relatos en un libro.

Con motivo del Día de la Escucha en el Teléfono de la Esperanza, este año os centráis en el Personal de Emergencias, ¿cómo nace esta idea de escuchar a “quienes nos cuidan”?

Sí, este año tenemos como lema “Detrás de cada uniforme hay un corazón”. Esta idea surgió después de lo de la DANA. Ahí vimos como todo el personal de emergencias estuvo en primera línea ayudando y cuidando. Si lo pensamos, esas personas estuvieron dando el 100% cuando realizaban esos servicios, pero ¿qué pasaba cuando volvían a casa? Seguro que todo esto también tuvo un impacto psicológico y emocional en sus vidas. Por eso queremos escucharles, darles voz, saber cómo se sienten y qué necesitan.

Para acabar, ¿qué dirías que te ha aportado a nivel personal el Teléfono de la Esperanza?

Es una experiencia muy gratificante. Desde que estoy en el Teléfono de la Esperanza, soy mejor persona y creo que juego en el mejor equipo del mundo. Así lo veo.

Al final, cuando dejas de pensar en ti, en tu bucle, en tus problemas y decides mirar hacia fuera, te das cuenta de que también puedes aportar mucho a los demás.

Teléfono de ayuda de la organización: 717003717

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