Buena parte de la población gitana de este país vive en la pobreza y no accede a prestaciones que disfrutan otros colectivos. Son las principales conclusiones del informe «Estudio sobre el impacto del Ingreso Mínimo Vital (IMV) en la situación de pobreza de la población gitana en España», que ha presentado Fundación Secretariado Gitano (FSG) con el objetivo de reducir la pobreza en la población gitana.
A pesar de ser uno de los colectivos más empobrecidos ya que un 86% de la comunidad gitana vive por debajo del umbral de pobreza y un 67% en pobreza severa, el ingreso mínimo vital solo llega al 29% del total de la población. Una situación preocupante si se compara con el resto ya que un 35% de la población general en exclusión social se beneficia de esta ayuda, según datos de la AIREF.
El estudio identifica varias barreras que dificultan el acceso de la población gitana al IMV, como la falta de información, dificultades en la presentación de documentación, largos tiempos de tramitación y la brecha digital. Estas limitaciones elevan la tasa de «non take up» (personas que no acceden al IMV pese a cumplir los requisitos) al 71% en la población gitana, en comparación con el 58% del total de la población en situación de exclusión.
El informe también señala que, si bien el IMV reduce la intensidad de la pobreza extrema, su impacto es limitado en la pobreza severa y no logra sacar a las familias gitanas del riesgo de pobreza. Además, destaca la insuficiencia de medidas de activación que acompañen al IMV, lo que impide romper el ciclo generacional de pobreza. El 82% de los beneficiarios no ha recibido apoyo para buscar empleo, aunque un 74% aceptaría una oferta laboral si se le presentara. En el ámbito educativo, solo el 12% de los hogares con menores ha recibido algún tipo de apoyo, pese a que el 95% lo aceptaría.
Acto de presentación
El acto, celebrado el pasado jueves, contó con la participación de destacadas figuras como la ministra de Inclusión, Elma Saiz, quien inauguró la jornada, y la secretaria de Estado de Derechos Sociales, Rosa Martínez, encargada de clausurarla. También intervinieron Sara Giménez, directora general de la FSG, junto a las investigadoras Sara de la Rica y Lucía Gorjón de la Fundación Iseak, responsables del estudio.
Durante su intervención, la ministra Elma Saiz subrayó la importancia del estudio, señalando que, aunque se han logrado avances, «la población gitana sigue enfrentando desafíos muy importantes». Por su parte, Sara Giménez destacó la necesidad de que el IMV se adapte mejor a las realidades de las familias gitanas y facilite su inclusión social, educativa y laboral.
El acto cerró con un llamamiento unánime a reforzar las políticas públicas que apoyen a la población gitana, haciendo especial hincapié en la importancia de reformar el IMV para garantizar su eficacia en la lucha contra la pobreza estructural.