La atención sanitaria en los centros penitenciarios no es tan buena como parece. Según el último estudio «La situación de las personas con adicciones en las prisiones españolas» elaborado por UNAD, la Red de Atención a las adicciones, revela que el 40% de las personas consideran «mala» la atención sanitaria recibida. Con motivo del Día de la Merced, patrona de las prisiones, la organización ha publicado un manifiesto con objeto de buscar alternativas para las deficiencias sanitarias en las que se encuentran las personas privadas de libertad.
UNAD expone que las infraestructuras médicas de muchos centros penitenciarios «están obsoletas». En este mismo sentido, la Comisión de adicciones y Justicia Penal lamenta la falta de personal médico. «En España hay un ratio de 5,2 médicos para cada 1.000 personas presas, una cifra muy por debajo del 8,0 de media en Europa, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)», explican.
Por otro lado, las personas expertas alertan de un exceso de medicalización que puede derivar en mayores problemas de consumos, así como un fuerte deterioro de la salud mental debido a la insuficiencia de la atención psiquiátrica y el aumento de problemas físicos, autolesiones graves y una mayor conflictividad.
Asegurar derechos y dignidad
«La población penitenciaria debe perder únicamente su derecho a la libertad«, han especificado desde UNAD, recordando que la Ley Orgánica Penitenciaria, en su artículo 3.4 dicta la obligación de velar por la vida, la integridad y la salud de las personas que están en prisión.
En este punto, exigen la implementación de servicios médicos especializados que visiten regularmente los centros penitenciarios para asegurar una atención integral y continua que disminuya y atienda los problemas de salud mental y los relacionados, concretamente, con las adicciones. Además, consideran fundamental contar con esta asistencias las 24 horas del día para atender emergencias y brindar la atención adecuada en cada momento.
En otro orden de cosas han destacado la urgencia de contar con equipos multidisciplinares que puedan coordinarse de manera real para atender las problemáticas de adicciones de manera efectiva.
En última instancia han mencionado que la falta de financiación imposibilita que todas estas medidas puedan implementarse.