- La falta de seguridad en el ámbito laboral afecta especialmente a trabajos feminizados como limpieza, enfermería o cuidados
La falta de seguridad en el trabajo y el consiguiente aumento de la siniestrabilidad son consecuencias directas de la precariedad laboral y afectan a un importante número de personas tanto en nuestro país como en otros rincones del mundo. Constituyen, además, el motivo que ha llevado a Iglesia por un Trabajo Decente (ITD) a realizar un llamamiento que percute en la idea de que la salud laboral «es un problema que requiere de soluciones colectivas».
Con motivo de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente este 7 de octubre, ITD ha recordado en su manifiesto “Un trabajo decente tiene que ser un trabajo”, que el trabajo debe ser un «medio imprescindible para el reconocimiento de la sagrada dignidad de las personas», y nunca un «castigo para ellas». Por eso lamenta que se creen muchos empleos desde un planteamiento puramente económico y sin tener en cuenta la perspectiva humana. El manifiesto subraya, asimismo, que la falta de seguridad afecta especialmente a los empleos feminizados (limpieza, cuidados, enfermería…) y se traduce en casos de cargas esqueleto-musculares y en problemas de salud mental. De hecho, según un estudio de ESADE, el bienestar mental se ha convertido en una causa prioritaria a la hora de abandonar un puesto de trabajo.
Desde los movimientos promotores de ITD, se exige al Gobierno y a los agentes socioeconómicos que implanten y hagan cumplir los medios de prevención de riesgos laborales. Asimismo, se pide a instituciones y administraciones que se comprometan en la promoción de un trabajo decente que evite la exclusión y la precariedad.
Durante la semana en que se celebra esta jornada mundial, las diversas entidades de Iglesia que se aglutinan en ITD han previsto salir a caminar en sus respectivas diócesis con el dorsal 071023 (día de celebración de la efeméride), y el lema escrito: “Trabajo decente, trabajo saludable”.
La iniciativa Iglesia por el trabajo Decente (ITD) comenzó su andadura en 2014 y aglutina a organizaciones de inspiración católica y congregaciones religiosas, entre las que se encuentran Cáritas, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, la Juventud Estudiante Católica (JEC) y la Juventud Obrera Cristiana (JOC).