«Una persona tira una lata al mar y como desaparece, cree que ya no existe»

Blanca Duque Serrano

José Ramón Villanueva es instructor de buceo y voluntario en el cuidado de los mares y océanos. En esta entrevista comparte su experiencia por el proyecto “Mediterráneo Responsable”, una iniciativa de la Asociación Hippocampus, TM Grupo Inmobiliario y Cruz Roja.
José Ramón Villanueva, en una práctica de buceo en Madrid

José Manuel Ramón Villanueva pasó de ser comercial en una gran ciudad a practicar el voluntariado y ser instructor de buceo. En su pasión por conocer el mar encontró una asociación dedicada a investigar y preservar el estado del Mediterráneo y de la zona del Mar Menor, además de zonas aledañas: la Asociación Hippocampus. A través del proyecto “Mediterráneo Responsable” que inició hace escasos meses, encontró una iniciativa que busca saber cómo evoluciona tanto la fauna como la flora en esos sitios. Entre las actividades que realiza, ayuda a “hacer control de algunas plagas que pueda haber de especies invasoras y muestreo de caballitos” para ver la repoblación y cómo se pueden estar reintroduciéndo en la zona del Mar Menor. Además, participa en otras actividades de limpieza de playas, de fondos marinos…, todo relacionado con el mundo marítimo y costero.

Entre las actividades que nos comentaba dentro de Mediterráneo responsable, ¿cuáles son las que se han llevado a cabo?

Generalmente, todos los años se hacen limpiezas de mares, de fondos marinos, de playas y costas, y muestreos de caballitos. Luego también el control de praderas de Poseidón de Marina. Yo soy un voluntario más, entonces lo mismo participo cuando hay que ir a hacer alguna charla o alguna formación que cuando hay que hacer inmersiones y vamos a bucear.

¿Cuál ha sido su función específica dentro de estas actividades?

Participamos en sesiones formativas, sobre todo con gente joven, colegios, sesiones divulgativas en centros de formación. Luego cuando entramos al agua, lo que hacemos es valorar, apuntar y tomar todos los datos que nos van pidiendo, pues dependiendo de dónde se haga la inmersión y lo que se quiera sondear, se van a tomar los datos que nos pidan en ese momento.

No siempre es igual. Hay veces que se valora la pradera de Posidonia y entonces hay que medir, y otras veces es el muestreo de caballitos. Cuando se encuentra alguno hay que apuntar dónde y apuntar una serie de datos que debemos presentar. Esos estudios se envían, se realizan informes a las organizaciones y a las autoridades correspondientes o involucradas en cada una de las actividades, se les manda toda la información y con ello se van haciendo cuando varemos y se va valorando la evolución del estado del mar, de las zonas que se muestrean.

¿Por qué decidió presentarse como voluntario para esta actividad?

Porque me parece que todos podemos aportar nuestro granito de arena. El mar es de todos y a veces falta un poco de concienciación sobre lo que pasa en los fondos marinos. Una persona tira una lata al mar y como desaparece y dejan verla, pues se creen que ya no existe y todo lo contrario, se queda en el fondo y se va quedando la suciedad y se va quedando todo muy feo. Entonces, me parecieron unas iniciativas muy interesantes y es una forma de aportar nuestro granito de arena que podemos hacer.

¿Todas las personas pueden trabajar en este proyecto de Mediterráneo Responsable?

Pues, mira, yo creo que todos podemos aportar algo, porque al que le guste bucear, podrá ir a unos determinados sitios, pero si no te gusta bucear, pues te puedes quedar por la playa, donde por desgracia también llegan muchos plásticos y llega mucha basura. También se pueden hacer muchas cosas, o sea, no todo se hace en el fondo del mar.

En las orillas, con un sencillo gesto y material, como con unas gafas y un tubo, te aseguro que también podemos ver cositas, aportar cositas y podemos sacar basura y aportar nuestro granito de arena al cambio y a la concienciación. O sencillamente, cuando estamos nadando, estamos bañándonos con la familia y vemos una bolsa flotando, pues en lugar de dejarla, coger esa bolsa, sacarla y tirarla en una basura en la playa. Ya con eso, estamos dando un ejemplo a la gente que nos ve muchas veces, yo creo que sueles hacer recapacitar y a lo mejor ellos también empiezan a recoger sus bolsas.

Desde el punto de vista de quienes tienen acceso al fondo marino, con las actividades de buceo, ¿cómo se encuentra la situación actual de las playas?

Por desgracia, en el mar hay mucha basura y es importante con las fotografías que hacemos y con las campañas que se hacen de concienciación, decirle a la gente que no se quede solo en ver la bolsa de plástico que hay flotando, sino que abajo hay muchas cosas que hay que intentar sacar.

Sobre todo, un primer paso, evitar tirarlo, porque todo lo que tiramos al final de una u otra forma va a acabar en el mar. Desde una simple colilla, que tira la gente en la calle, eso al final va a acabar llegando al mar. Una lata que tiramos, un botellín, una botella de plástico que tiramos en el suelo… al final se acaba moviendo con el agua, con una riada, con la lluvia y va a acabar en el mar.

Hay que hacer ver que no se queden solo en lo que se ve en la playa, sino que hay cosas que llegan ahí, que llegan al fondo y que hay que sacarlo, pero sobre todo, el primer paso es evitar tirarlo para evitar que llegue ahí.

¿Ha visto un cambio en las personas que han participado en las actividades del proyecto Mediterráneo Responsable?

Pues yo creo que poco a poco sí, sobre todo cuando trabajas con chavales, quienes son mucho más receptivos. A ellos, cuando se le explica, o si les enseñas fotos del fondo, de las latas y de los botes y de las colillas que están ahí, tienen una buena respuesta. Alguno cuando ve a su padre fumando, luego le dice: “¡Oye papá!, no tires eso al suelo, tíralo a una papelera, ¿no?”.

Entonces yo creo que poco a poco va calando en la sociedad la importancia de no ensuciar, de recoger y reciclar lo que ya se ha ensuciado anteriormente. Vivimos en la época del plástico y nos toca ahora ser conscientes de las cosas buenísimas que tiene el plástico, pero de algunas cosas malas que hay que intentar evitar. La gente joven va siendo cada día más permeable a estas ideas.

¿Cómo ve la situación del cambio climático ahora mismo a pesar de que hasta se celebre digamos días internacionales y falta esa concienciación o cómo ve la situación actual?

Yo creo que el cambio climático son fases, y el problema es que al no cuidar el entorno en que nos movemos, las fases son más acentuadas, digamos. No solo tenemos que concienciar a los niños, sino que a lo mejor también hay que concienciar a los adultos de que usen medios un poco menos agresivos con el medio ambiente.

¿En qué momento decidió cambiar su vida e implicarse en ser voluntario?

Yo ahora me dedico a trabajar como instructor de buceo, pero no siempre lo he hecho. Yo antes tenía un trabajo como cualquiera en una gran ciudad, un trabajo de comercial. Sin embargo, me daba cuenta que todos íbamos con el coche de un lado para otro. Hacíamos eso en lugar de dar un paseo de dos manzanas para llegar a hacer alguna gestión. Vi que cogíamos la moto o cogíamos el autobús para ir tres calles más abajo a comprar algo. Ahí empecé a darme cuenta de que abusábamos un poco de todos estos medios. Esta situación, unida a mi afición, me fue llevando a decidir ser voluntario. Tampoco le voy a decir a todo el mundo que vaya en bicicleta, pero sí que se puede utilizar algún avión menos, ya que, posiblemente, vaya en beneficio de todo.

¿Qué cambios se pueden generar con la implicación personal?

Así como anécdota: este año hemos estado en Indonesia. Ahí hay muy poca concienciación, la gente todo lo que consume lo tira al mar porque vive en casas encima del mar. Cuando te veían a ti, que te ibas con la botella vacía y buscabas una papelera en una tienda o algo para tirarlo, los niños te miraban y le decías con señas: “Tirarlo en el mar no, aquí mejor”. Entonces ellos cogían su botella con la que habían estado jugando y la llevaban una papelera. Es una forma de generar el cambio poquito a poco.

¿Existen momentos gratificantes y frustrantes en la labor del voluntariado?

Lo que es frustrante es ver como a veces personajes públicos no tienen el más mínimo cuidado o la más mínima conciencia a la hora de transmitir todo esto. Sin embargo, es súper gratificante cuando estás dando un curso de buceo y ves a los alumnos actuar bien. Si veo una lata o veo una bolsa me la meto en el bolsillo, veo a mis compañeros de buceo igual, y a los alumnos que hacen lo mismo. Ahí es cuando dices: “Ya hemos conseguido algo importante. Y es que esta persona haga su aporte su granito de arena”.

¿Cómo influye el comportamiento de las personas en el turismo de costa?

Hay una gran parte del turismo que tiene más conciencia que nosotros, pero cuando llegan aquí y vienen de vacaciones y ven que la gente tira los papeles y las colillas, ellos, que están enseñados o que tienen la costumbre de tirar las cosas a la basura, la pierden. Creo que debemos ser ejemplo y debemos ser cuidadosos y decidir cómo queremos tener nuestro país, nuestras playas, nuestros mares. Y si queremos que esté bonito y que esté limpio, tenemos que ser los primeros en dar ese ejemplo para que quien venga, haga lo mismo. Tenemos que predicar con el ejemplo.

¿Qué le dirías a una persona que esté pensando en hacer un voluntariado por cuidar los mares?

Que se anime, que dedique el ratito que tenga o los días que pueda, desde un ratito dando un paseo por la mañana en la playa hasta durante las vacaciones cada vez que salga a bañarse. El recoger esa bolsa que está flotando, esa lata que ven el suelo, va a ser un granito de arena importante. Como voluntarios, hay días que podemos dedicar más tiempo, menos tiempo y ese es el voluntariado, pero que pasito a pasito se van consiguiendo cosas.

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