- Cruz Roja alerta de las consecuencias de la escasez de agua en las desigualdades sociales
Las consecuencias que la sequía puede tener en las familias y colectivos vulnerables van desde la falta de ingresos o de alimentación en zonas agrícolas, hasta consecuencias sanitarias. Según la ONU, se estima que para el año 2050, las sequías podrían afectar al 75% de la población mundial, y más del 40% de la población global ya experimenta escasez de agua. En nuestro país, Cataluña, Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia son las regiones más afectadas.
Según Cruz Roja, el problema de la sequía en España es recurrente, y afecta a diversas regiones del país de manera cíclica. La variabilidad climática, la escasez de lluvias y el cambio climático han contribuido a la manifestación de episodios de sequía que pueden tener impactos muy significativos, especialmente entre los colectivos vulnerables. Son los que tienen menos recursos para hacer frente a los impactos de la sequía, lo que aumenta la vulnerabilidad.
En la Península Ibérica, el 80% del agua se destina al riego agrícola, con cultivos bajo riego que consumen 100 veces más que los habitantes de Madrid en un año. A pesar de enfrentar el riesgo de desertificación en el 75% de su territorio, el país está tomando medidas significativas para promover prácticas agrícolas más sostenibles. Se están implementando iniciativas para mejorar la gestión del agua y para reducir el consumo excesivo en la agricultura.
La sequía reduce los niveles de agua en ríos, embalses y fuentes de agua, lo que dificulta el acceso a agua potable para consumo humano y actividades diarias, y puede conducir a condiciones insalubres (entre las que se incluye la falta de higiene personal y del entorno) y aumentar el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, especialmente en niños, niñas, y personas mayores.
La falta de lluvias reduce la disponibilidad de agua para los cultivos, lo que puede reducir la disminución de la producción agrícola; las familias que dependen de este sector para su sustento, pueden experimentar desde escasez de alimentos, lo que afecta directamente a su seguridad alimentaria, hasta la pérdida de ingresos cuándo la agricultura es su medio de vida. Las cosechas reducidas, además, pueden afectar a los mercados locales, que podrían disminuir la demanda de mano de obra.
Además de afectar a la agricultura, también existe el impacto en otros sectores, como la generación de energía hidroeléctrica, el turismo y la industria. La escasez de agua puede generar tensiones sociales y económicas. Ante este desafío, surge el modelo de economía azul, que busca aprovechar de manera sostenible los recursos marinos y oceánicos y pretende contrarrestar los efectos del cambio climático y desarrollar prácticas económicas alineadas con la preservación de la naturaleza; la economía azul busca proteger los ecosistemas marinos y fomentar procesos productivos que respeten la biodiversidad y el equilibrio ambiental.
Crisis humanitaria a nivel internacional
Por otra parte, la falta de agua produce en muchos casos conflictos entre comunidades con pocos recursos, ya que la falta de agua o de tierra cultivable, puede intensificarse y dar lugar a enfrentamientos por los pocos recursos que existen.
El agua no potable y unas pobres infraestructuras sanitarias, así como la falta de higiene, causa alrededor de 842.000 muertes al año en el mundo. Diariamente, 1.000 niños y niñas mueren por estas causas. Cruz Roja, como Organización Humanitaria y promotora de los Derechos de las personas, y en virtud de su compromiso con las personas más vulnerables, lleva a cabo una amplia intervención en materia de agua dentro y fuera del país, promoviendo el uso de agua potable y concienciando sobre el uso y ahorro responsable de este recurso natural.
Así, entre otros recursos, pone desde ahora a disposición general de la población una píldora formativa gratuita y accesible desde su portal de formación para saber qué hacer en caso de sequía, además de difundir consejos para ahorrar agua con los que paliar los efectos negativos de esta situación.
El cambio climático presenta un desafío social, ya que se espera que aumente la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos, que incluye sequías, pero también lluvias torrenciales, inundaciones y DANAs; esto hace que sea crucial implementar medidas de resiliencia, adaptación y mitigación para hacer frente a los impactos del cambio climático en las comunidades vulnerables y las que tiene más probabilidad de sufrir sus consecuencias, por lo que la preparación ante desastres se torna fundamental, una línea en la que ya trabaja desde hace tiempo Cruz Roja.
La huella hídrica
La huella hídrica es un concepto esencial que va más allá de nuestro consumo directo de agua para beber y asearnos. Se refiere al impacto total que dejamos en el planeta al fabricar todos los productos y alimentos que utilizamos diariamente. Cada artículo que producimos lleva consigo una huella hídrica, una medida de la cantidad de agua dulce utilizada en su fabricación, desde el cultivo de materias primas hasta el proceso de manufactura. Evitar los productos de mayor huella hídrica y potenciar los de menor, así como evitar la contaminación del agua son maneras alternativas de colaborar en la gestión eficiente del consumo y ahorro del agua.