El pasado año, más de 1,8 millones de personas con discapacidad pudieron recibir ayuda y mejorar su calidad de vida gracias a las personas que en la declaración de la renta marcaron la «X Solidaria».
Entre algunas de las entidades que se beneficiaron de la subvención se encontraba Impulsa Igualdad que, a través de 130 proyectos, ha podido ayudar a 300.000 personas con discapacidad a mejorar su calidad de vida en relación a formación e inserción laboral, digitalización y otros servicios de fisioterapia y rehabilitación. De igual manera, COCEDER desarrolla en distintas comunidades programas de atención integral a personas con discapacidad en el medio rural.
Además, once centros de San Juan de Dios en España que también han podido beneficiarse de la ‘X Solidaria’, han trabajado en la reducción de la brecha digital en las personas de este colectivo, facilitando su acceso a la tecnología e impulsando su participación en el diseño de herramientas que les permitan mejorar su inclusión social.
Por su parte, la Confederación Autismo España desarrolla un programa para conocer la situación real y las prioridades de las personas con autismo de nuestro país, así como también destina parte de la subvención de la ‘X Solidaria’ a la investigación en red sobre autismo en el territorio español. Con esto, pretende fomentar la transferencia de datos para contribuir en el desarrollo de políticas públicas justas.
Familia e infancia
COCEMFE y el CERMI Estatal también pudieron desarrollar gran variedad de programas gracias a la ‘X Solidaria’ enfocados en la defensa de sus derechos. Cabe destacar que muchas de estas iniciativas enfatizaron en los grupos más vulnerables como son las mujeres y la infancia. Así, Fundación CERMI Mujeres ha activado diversas iniciativas para combatir la discriminación y la desigualdad que enfrentan las mujeres con discapacidad.
En relación a la infancia, la Confederación Española de Familias de Personas Sordas – FIAPAS lleva a cabo el programa de fortalecimiento del Movimiento Asociativo de Familias FIAPAS. Estiman que el 95% de menores con sordera nacen en el seno de familias oyentes, lo que supone un momento de incertidumbre para las familias que desconocen esta condición y necesitan apoyo.