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La infancia afectada por las inundaciones sufre secuelas psicológicas

Desde el inicio de la tragedia de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) en la Comunidad Valenciana, la infancia afectada por las inundaciones y la destrucción ha sufrido un gran impacto psicológico. “Estamos viendo mutismo, pesadillas recurrentes, miedo a fenómenos atmosféricos o efectos mucho más inmediatos como niños y niñas que no quieren salir a la calle o no quieren hablar de la situación”, apunta Verónica Collado, psicóloga de Save the Children desde Valencia.

Según Collado, la clave para ayudar a las personas menores de edad a procesar este tipo de situaciones está en la comunicación adaptada a su edad. «No se trata de ocultarles la realidad, sino de explicársela de una manera adecuada y evitando sobrecargarles de información», comenta Collado. «El impacto de la sobreexposición a noticias repetitivas puede aumentar la ansiedad en los menores«, añade.

La importancia del rol familiar y escolar

Por ello, Save the Children recomienda a las familias observar el comportamiento de sus menores y, sobre todo, brindarles un espacio seguro para expresarse. «A veces se cree que si un niño no habla de su miedo, está menos afectado, pero es justamente lo contrario. Esto puede indicar que no tiene las herramientas necesarias para comunicar lo que siente. Por ese motivo, es muy importante observar, dar espacio y escuchar», explica Collado.

Los colegios, por otro lado, juegan un papel fundamental en el proceso de recuperación emocional la infancia. El regreso a las aulas representa una vuelta a la rutina y un espacio donde pueden hablar de sus miedos y preocupaciones sin temor a preocupar a sus padres. «Muchos niños están asumiendo roles que no les corresponden, actuando como personas adultas y ocultando sus propios miedos. Necesitan el apoyo de su entorno escolar, que es un lugar donde pueden expresar lo que sienten», indica la psicóloga.

Revivir el trauma del Covid-19

La organización advierte que en el contexto de esta emergencia podrían experimentar una «retraumatización», reactivando los síntomas psicológicos que aparecieron durante la crisis del Covid-19. La dificultad para asistir a clase de manera normal y la interrupción de las rutinas puede revivir recuerdos y miedos que parecían superados. «Esto genera un efecto llamada a anteriores síntomas que han tenido, que no han sido bien depurados y que pueden volver a emerger”, señala Collado.

En la Comunidad Valenciana, 71.664 menores y adolescentes en edad escolar han sido afectados por el cierre de centros educativos en los municipios más impactados. Sin embargo, la psicóloga de la organización valora de forma positiva la rápida respuesta de la Consejería de Educación para reabrir las escuelas, permitiendo que las personas menores de edad recuperen una sensación de normalidad y seguridad en medio de la situación de emergencia que afecta sus hogares.

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